Cuando ya dábamos todo por perdido y después de 2 negativos, apareció por casualidad en nuestras vidas una Clínica llamada Eva. Entramos temblando porque no esperábamos encontrar tanta humanidad y comprensión. De repente, nos vimos allí delante de dos mujeres llamadas Marisa y Mónica que nos llenaron de esperanza y sentimos una química con ellas que, aún a día de hoy, sigo sin saber explicar.
Empezamos la aventura. Había que estudiar un tipo de hormonación distinta ya que las otras veces no había funcionado por motivo de la edad (40) y que tengo una diabetes tipo 1. Hacía menos de 4 años que habíamos hecho casi todo lo imposible pero los óvulos estaban afectados por la diabetes. Con mucha paciencia y calma, nos dieron un tratamiento adaptado a nosotras teniendo en cuenta nuestra enfermedad. No ha sido fácil, la verdad. Ha sido la vez que más pastillas y pinchazos nos hemos puesto, haciendo todo con cabeza y desde la calma para que no fallase nada.
Quiero aprovechar para decir que la diabetes tipo 1 no es un impedimento para ser mamá. Sólo necesitas que pase un tiempo para tenerla controlada, nada más.
Cuando ya estábamos preparadas, llegó el momento de nuestra FIV maravillosa. Marisa, nuestra doctora, es la que nos la hizo y eso nos dio toda la tranquilidad del mundo. Recuerdo sus mensajes de ánimo mientras esperábamos la beta, diciéndonos que lo íbamos a conseguir. Y así fue. Hoy, más de 3 meses después, estamos embarazadas de mellizos. Todo está genial y nosotras somos las mujeres más felices del mundo. No sabemos cómo agradecer a la clínica Eva de La Gavia (Madrid) todo lo que han hecho por nosotras. Pero, sobre todo, a Marisa y Mónica por su apoyo y humanidad y por formar parte de esta maravillosa locura…
