Como os hemos comentado en otras ocasiones, la infertilidad masculina es un factor a tener muy en cuenta, hasta en un 30% de los casos de infertilidad en la pareja, la responsabilidad recae en el hombre. Los causas de esta infertilidad son diversas, pero principalmente podemos diferenciar:
- Alteraciones u obstrucciones en el tracto genital: Algunos hombres presentan una obstrucción o una alteración en su conducto eyaculador que impide el depósito adecuado de espermatozoides en la vagina. La causa de una obstrucción podría ser una infección, una herida, defectos congénitos o una vasectomía. En estos casos mediante una pequeña biopsia, pueden obtenerse los propios espermatozoides y emplearse en técnicas de reproducción asistida para conseguir el embarazo.
- Por el contrario, en otros casos de infertilidad masculina, los testículos tienen problemas para la producción de las células germinales y ni siquiera se pueden obtener los espermatozoides mediante una biopsia. La opción en este tipo de casos para que el hombre pudiera ser padre había sido recurrir a un donante de esperma.
Sin embargo, recientemente una nueva investigación ha dejado la puerta abierta a una nueva opción para que los hombres con este diagnóstico no tengas que recurrir a un donante y puedan ser padres con espermatozoides propios.
Novedosa técnica de inyección espermática para la infertilidad masculina
Se trata de una nueva técnica de inyección espermática que fue descubierta en la década de los 90 pero considerada poco eficiente hasta ahora. Su puesta en marcha ha permitido a 12 japoneses tener hijos sanos, y como afirma el equipo del Instituto de Reproducción Asistida de Fukuoka (Japón) y la Universidad de Hawai (EEUU) en las páginas de la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences‘ (PNAS), los varones podrían tener un último recurso gracias a la técnica denominada ROSI.
La técnica de inyección espermática consiste en utilizar las células germinales más inmaduras que existen, es decir, los precursores celulares de los espermatozoides, extraídos directamente mediante una biopsia e inyectarlos en un óvulo. Esta llamada ‘inyección intracitoplásmica de espermátidas redondas’ (porque dichas células no presentan aún ni siquiera la característica cola de los espermatozoides) ha logrado en un estudio con 12 parejas, el nacimiento de 14 niños sanos física e intelectualmente, por lo que los autores consideran que la técnica merece al menos la consideración de ‘último recurso’.
Hasta ahora los resultados eran bastante ineficientes, como los propios autores explican en el artículo. Además, al tratarse de células tan inmaduras, existían algunas dudas sobre los posibles riesgos genéticos derivados de su uso, porque se temía que la impronta genética del padre podría ser aún incompleta en esa fase tan incipiente del desarrollo del espermatozoide. Por el momento los hijos de los 12 japoneses que se han sometido a la técnica ROSI están en perfecto estado de salud, pero a propia Sociedad Americana de Reproducción Asistida considera ésta una técnica aún experimental, y habrá que esperar a tener más conclusiones para certificar la eficacia. En el caso de comprobarse su viabilidad, supondrá otro nuevo gran avance en reproducción asistida.