En la última década, se ha triplicado en el número de mujeres que se han quedado embarazadas después de cumplir los 40 años. La tendencia apunta a un retraso de la maternidad, bien por motivos laborales o personales, la decisión de ser madre se plantea a partir de los 30 años.
En España, las mujeres tienen su primer hijo a los 32,7 años frente a los 31,6 de hace 8 años. EL 33% de los nacimientos en nuestro país se da en mujeres con más de 35 años, una edad en la que los ovocitos y la fertilidad de la mujer empieza a disminuir.
En la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el principal motivo que alegan las mujeres para no tener el número de hijos que les gustaría son la falta de ingresos y las dificultades para compaginarla faceta laboral con la familiar.
Unas de las opciones para aquellas mujeres que desean posponer la maternidad es la vitrificación de óvulos. A través de esta técnica, se realiza una congelación ultarrápida de los ovocitos, que les permite posponer su capacidad reproductiva.
¿En qué consiste la vitrificación de óvulos?
Técnica de reproducción asistida en la que se congelan los ovocitos. Se reduce la temperatura a la que se expone el ovocito, de los 22ª C del inicio a -196º C de forma súbita. Al ser un proceso tan rápido de enfriamiento, se evita que se formen cristales de hielo, que son los causantes de dañar el óvulo y dañar las estructuras celulares.
Desde la extracción de los óvulos, estos se mantienen congelados en nitrógeno líquido. Posteriormente, cuando la paciente desee ser madre, puede emplear los óvulos vitrificados. Para realizar el tratamiento, los óvulos son descongelados y microinyectados mediante la técnica ISCI con el semen de la pareja o de un donante. Después se cultivarán y los mejores embriones serán transferidos al útero de la madre.
La vitrificación es el tratamiento que te permite ser madre con garantías de futuro.