Los tratamientos de reproducción asistida conllevan unas repercusiones a nivel psicológico que afectan a los miembros de la pareja, o a la mujer soltera en su defecto. Desde el punto de vista psicológico se pueden distinguir distintas fases en un tratamiento de Fecundación in Vitro.
· En primer lugar, en la Fecundación in Vitro, la fecundación no ocurre de manera convencional y esto afecta a nivel psicológico tanto a la mujer como al hombre. En el caso de la mujer, la medicación administrada para la ovulación puede tener efectos secundarios como tristeza y falta de ánimo. Por otro lado, tanto al hombre como a la mujer les resulta difícil que la fecundación ocurra en el laboratorio. Durante esta fase ambos miembros de la pareja elevan sus niveles de estrés y ansiedad.
· En segundo lugar, cuando los embriones se colocan en el útero de la mujer, comienza la betaespera. La betaespera es la fase de espera desde la transferencia de embriones hasta que se realiza el test de embarazo. En esta fase, la incertidumbre genera a los dos miembros de la pareja ansiedad, nerviosismo y desgaste emocional. También, las creencias irracionales suelen tomar mucho protagonismo y pueden llegar a afectar en cierta medida al resultado final. Si la pareja aumenta la negatividad, aumentan también el nivel de estrés y ansiedad.
· Por último, tanto si el desenlace es el deseado como si el tratamiento no ha tenido el resultado esperado, la afectación psicológica también está presente. En el caso de que el tratamiento haya sido satisfactorio comienza a estar presente la positividad, la esperanza, la alegría y la satisfacción. En cambio, si el tratamiento no ha funcionado el grado de frustración, de incapacidad y de culpa puede llegar a ser abrumador, es en este momento donde el apoyo psicológico juega un papel importante.
En Clínicas EVA ponemos a disposición de nuestras pacientes la opción de recibir apoyo psicológico durante todas las fases de cualquier tratamiento de fertilidad, sea Fecundación in vitro o Inseminación Artificial, desde las pruebas diagnósticas hasta después del tratamiento.
La Sociedad Americana de Infertilidad reveló en un estudio que las pacientes que se someten a un tratamiento con altos niveles de estrés ovularon un 20% menos, sus óvulos fecundaron un 30% menos y tuvieron un 20% más de probabilidades de sufrir un aborto. Por esto, aumentar el bienestar psicológico durante el tratamiento de fertilidad es esencial, ya que influye de manera positiva en el resultado final.