La estimulación ovárica es el primer paso para realizar un tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV). Mediante la administración de medicación, lo que se busca en esta primera fase de FIV es estimular el ovario e inducir a la producción de más ovocitos. Si se consigue la creación de muchos ovocitos, la posibilidad de gestación es mayor pues se podrán obtener más embriones.
La estimulación ovárica no compromete la fertilidad de la paciente. Una mujer nace con una reserva ovárica de, aproximadamente, 400.000 óvulos. En cada ciclo menstrual se producen varios ovocitos pero sólo madura uno, el dominante. Lo que se consigue con el tratamiento hormonal que se proporciona durante la estimulación es que el resto de ovocitos que se producen en el ciclo también crezcan. De esta manera se aprovechan los ovocitos que iban a perderse ese mes.
¿En qué consiste el proceso de estimulación ovárica?
El encargado de pautar la medicación es el especialista en fertilidad, tras tener en cuenta el historial de la paciente. La medicación se adapta según la técnica (IA o FIV), la edad, los antecedentes y la reserva folicular. Por otra parte la medicación hormonal se administrar por la propia paciente, a partir del segundo o tercer día de menstruación.
El proceso tiene una duración entre 8 a 12 días. Durante el proceso se comprueba el tamaño de los folículos y que estén creciendo adecuadamente a través de controles ecográficos. También se le realiza a la mujer una analítica hormonal para controlar los niveles de estradiol.
Desde que comienza a administrarse la medicación, los folículos, empiezan a crecer hasta alcanzar un tamaño de aproximadamente 20 mm. Cuando los folículos consiguen un tamaño adecuado, se inyecta la hormona HCG para que el ovocito termine de madurar, y alrededor de 36 horas después se procede a la punción folicular, fase en la cual se extraen los ovocitos.
La estimulación ovárica es de gran ayuda en un tratamiento de Fecundación in Vitro, porque en caso de no realizarse la tasa de éxito se reduciría notablemente.