El aborto es la pérdida involuntaria del feto, antes de la semana 20 del embarazo. Si se produce después de este período, se conoce como parto prematuro. Cuando el aborto se repite en más de tres ocasiones se considera aborto de repetición y debe ser correctamente controlado por el especialista. Para determinar las causas, es imprescindible realizar las pruebas pertinentes adaptadas a cada caso. De esta manera se podrá elegir el tratamiento más adecuado para cada paciente.
Aunque no hay un consenso establecido sobre cuántos abortos son necesarios para que se considere aborto de repetición, ni si estos deben ser consecutivos o no, hay muchas organizaciones que lo consideran de repetición cuando ocurre dos veces seguidas. Tras dos abortos consecutivos, ya puede existir una causa que sea la responsable y podrá ser tratada. Dependiendo de la causa, el especialista seguirá una estrategia u otra para evitar futuros abortos.
¿Cuáles son las causas principales del aborto de repetición?
Causas genéticas: la mayor parte de los abortos se producen por alteraciones cromosómicas en los óvulos, espermatozoides o en el embrión. Son las causas más frecuentes de los abortos espontáneos del primer trimestre de embarazo, alcanzando el 50% de los casos.
Alteraciones anatómicas del útero: aproximadamente el 10-15% de las mujeres con aborto de repetición presenta este tipo de alteraciones. Son las alteraciones uterinas que hacen imposible el desarrollo normal del embarazo. Los miomas que afecten a la cavidad uterina y los pólipos también pueden impedir el adecuado desarrollo del embrión.
Síndrome antifosfolípido: observado en un 10 a 15% de las mujeres que presentan aborto de repetición. En estos casos la mujer produce unos anticuerpos que pueden afectar a la placenta mediante fenómenos de tromboembólisis.
Trastornos inmunológicos: debe establecerse un equilibrio inmunológico, es decir, el fenómeno conocido como “tolerancia inmunológica”, que permita a la mujer portar un hijo durante los 9 meses de gestación sin que el cuerpo lo ataque considerándolo un cuerpo extraño. Sin embargo, cualquier alteración en esta reacción inmunológica, podría provocar que el embrión no se implante o derivar en aborto.
Factores endocrinos: El riesgo de aborto aumenta en las pacientes diabéticas con elevados niveles de hemoglobina glicosilada o en las pacientes con hipotiroidismo no controlado (sobre todo si es de tipo autoinmune).
Factores ambientales: el consumo excesivo de café, alcohol y tabaco, la obesidad y la exposición a insecticidas y el tetracloroetileno, son también un riesgo incrementado de la pérdida del embarazo al empeorar la calidad de óvulos y espermatozoides, y favoreciendo embriones alterados cromosómicamente.
La reproducción asistida como solución a los abortos de repetición
Los tratamientos de reproducción asistida suponen, en muchos casos, la alternativa para las parejas con diagnóstico de abortos de repetición:
- Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP): esta técnica –complementaria a la fecundación in vitro- permite seleccionar a los embriones que no tienen alteraciones cromosómicas y así prevenir el aborto por causas cromosómicas.
- Los tratamientos de Inseminación Artificial o Fecundación in Vitro con donación de gametos son la opción indicada, en los caso en que tras realizar la técnica de Diagnóstico Genético Preimplantacional se descubra que no existen embriones sanos para transferir.